jueves, 23 de abril de 2009

Páginas dobladas (1)


"Recuerdo lo que sentí una vez, siendo estudiante de filosofía en Barcelona, cuando entré en la biblioteca de la universidad y me detuve ante la vitrina donde se exhibían las obras completas de T.W. Adorno. Calculé que las páginas escritas por el filósofo alemán superaban en número a las que se habían escrito en euskera desde la época de la guerra civil, y sentí una especie de vértigo, la impresión de pertenecer efectivamente a un pueblo-sencillo-inculto-ágrafo y estar metido, por biografía y por voluntad, en un proyecto insignificante y marginal. Pero me rehice enseguida: decidí, allí mismo, sin moverme de donde las vitrinas, que el proyecto de los Lizardi, Lauaxeta, Aresti, Mitxelena, Lete y todos los que escribieron o deseaban escribir en lengua vasca, bien podía ser marginal -cualidad que antes o depués siempre afecta cuantitativamente a lo pequeño-, pero nunca, jamás, insignificante." (p.88)

"Existe la territorialización, existen espacios que separan a los locos, los enfermos o los pobres del resto de la gente. Lo que es nuevo es su incorporación al espectáculo. Enciende uno la televisión, y allí está el pobre contando sus penas, el loco haciendo sus locuras o el enfermo mostrando sus llagas. Claro que, por otra parte, es el único espacio del que disponen para hablar". (p. 238)

Bernardo Atxaga, Lista de locos y otros alfabetos, ed. Siruela, Madrid, 1998.

martes, 21 de abril de 2009

Entrevista con el Niño Cura


F., más conocido como el Niño Cura, es uno de tantos juguetes rotos olvidados en el fondo del armario. Niño prodigio, santo, popular personaje televisivo de los primeros años de la década de los ochenta, F. pagó muy cara su singularidad. Tal es así que, cuando se apagaron las luces de los platós, el Niño Cura estuvo sometido durante años a las exigencias de la Conferencia Episcopal Española. Rayuelomatic os presenta en exclusiva y de manera íntegra la entrevista que nos concedió a través de web cam el pasado mes de marzo (el lector tiene que saber que el Niño Cura declinó por motivos de seguridad la publicación del vídeo de la entrevista).

Vaklas Eroski (VE): En primer lugar, muchas gracias F. por aceptar esta entrevista.

Niño Cura (NC): Gracias a vosotros por vuestro interés ahora que nadie se acuerda de mí. Si no te importa, preferiría que en vez de F. me llamaras Niño Cura. Todos me llaman así desde que empecé a salir en la tele.

VE: De acuerdo, Niño Cura. Háblame de tus primeras apariciones en la televisión. ¿Cuáles fueron las razones por las que se fijaron en tí?

NC: Bueno, desde muy crío sentí la llamada de Dios. Recuerdo que con 6 años le dije a mi madre que me hiciese una sotana para disfrazarme. Después, rompí la hucha y compré todo el pan de ángel que pude. Ni corto ni perezoso un día llevé la sotana al colegio y a la hora del recreo me puse en mitad del campo de baloncesto a repartir hostias.

VE: ¿Hostias? ¿Te refieres a hostias de una manera metafórica o ...

NC: No, no, yo llevaba el pan de ángel en una caja de galletas María. También recuerdo que aquel primer día, nervioso como estaba, me olvidé del vino dulce. Te decía que enseguida se armó un gran revuelo en el colegio y la directora me llamó a su despacho y me dijo que aquello no podría volver a repetirse. Por supuesto, la llamada de Dios era entonces mucho más fuerte que las amenazas, así que seguí repartiendo hostias en el colegio, por las calles... Además, me aprendí de memoria algunos pasajes bíblicos que repetía incansablemente.

VE: Así que pronto los medios de comunicación se hicieron eco de tu vocación prematura.

NC: Claro. Enseguida fui pasto de los tiburones. No obstante preferiría no hablar de mi etapa televisiva porque ya es de sobra conocida. Quiero aprovechar la oportunidad que me brindas para hablar de lo que sufrí después. La Iglesia andaba preocupada por la progresiva pérdida de fieles y no se les ocurrió otra cosa que utilizarme como mono de feria.

VE: ¿Qué quieres decir?

NC: [la voz del Niño Cura se quiebra, está a punto de derrumbarse pero continúa] Mi etapa televisiva coincidió con la elección de un niño granadino como reencarnación de un gran lama budista. España tenía a un futuro líder budista y la Iglesia Católica se desangraba a velocidad de crucero. Fue entonces cuando la Conferencia Episcopal Española encontró la solución: intentó jugar la baza del niño santo, de un niño que era la viva imagen de Jesucristo. Obviamente, ése fui yo, y estuve secuestrado durante más de siete años; viajaba de una iglesia a otra para hablar a los feligreses. Y todo ello con la aquiescencia del Partido Socialista, que gobernaba entonces.

VE: Es tremendo lo que nos cuentas, Niño Cura; se me pone la carne de gallina.

NC: Claro, normal. Viví en una jaula de oro parte de mi infancia y de mi adolescencia. Me han hecho mucho daño. Un daño irreparable.

VE: Y, ¿qué es del Niño Cura hoy? ¿Lograste enderezar el rumbo?

NC: Como te digo, eso es imposible. No obstante traté de hacer una vida normal. Fui a la universidad y me licencié en Arquitectura. Después repudié todo lo religioso e incluso apostaté. Tras una lucha interna fortísima podría decirse que soy una persona medio normal. Después de escuchar tantas veces lo de “estás mal de la azotea”, ¿cómo uno puede regresar a la normalidad?.

VE: Bueno Niño Cura has luchado y has ganado. Pero, ¿qué queda del niño santo? ¿Reniegas de lo religioso?

NC: Bueno, lo intento. Pero a menudo cuando me pongo a hablar con mis amigos me salen frases de aquella época tipo “la verdad está dentro de nosotros”, “la bondad y la virtud sólo se logran si vencemos nuestros impulsos”, y cosas así. Además, últimamente -y con esto acabo- disfruto haciendo el mal. Alguna vez me he disfrazado en casa de demonio y he publicado en Internet fotos privadas de mis amigos sin su permiso. Disfruto haciendo el mal, lo que es una forma de regresar a aquella etapa pues es bien sabido que los extremos se tocan y que ...

VE: Bien, Niño Cura, lamentablemente nuestro tiempo se agota. Queremos agradecerte la sinceridad de tu testimonio y te mandamos un fuerte abrazo.

NC: De acuerdo. Yo también quiero enviar un saludo a todos los lectores de Rayuelomatic. Un blog que siempre leo con mucho interés.

*Días después de la entrevista envié al Niño Cura un correo electrónico de agradecimiento. También le invité a que eligiese una canción que acompañara la entrevista. Aquí os dejo su respuesta: "Gracias, Vaklas. Últimamente ando enganchado a un disco de temática religiosa de un cantante estadounidense que se llama Sufjan Stevens. El disco se titula Seven Swans y me encanta To Be Alone With You".
Suena muy apropiado. Un regalo para el Niño Cura:


lunes, 20 de abril de 2009

the importance of being polyglot

Prefacio: recança f. [LC] Greu que sap de fer o d’haver fet, de deixar o d’haver deixat de fer, alguna cosa.

1er acto: A Brasileira, una mesita al fondo, a media luz. Vaklas sentado frente a Mac. Al lado, una brasileira de mediana edad toma un chocolate quente mientras le llega el siguiente murmullo de unos y ceros:

Vaklas: Qué sería de este mundo sin Mac y sus requerimientos de última hora...
Mac: No es nada serio esto que haces, deberías estar ahora en el Castelo de São Jorge, en vez de aquí, trabajando.
V: Oh, calla. No seas aburrido. No hay peor invento moderno que el turismo.
M: Pero tú has venido a Lisboa de turismo...
V: Pero eso era para librarme del trabajo, no hay peor invento que el trabajo.
M: De todas formas no hacía falta que inventases a la brasileña de ahí al lado para poder venirte conmigo.
V: ¿Cómo justificarse ante Moreo y Barallobre, si no?
M: No hace falta justificar nada frente a esos dos, sabes bien que no son más que un par de excusas.
V: Creo que debería dejar de hablar contigo, entonces.

Telón.

2do acto: Rúa da Atalaia, de noche, ambiente festivo. Vaklas deambula con un botellín de agua en la mano izquierda y dos tónicas en la derecha, se detiene sutilmente junto a dos jóvenes que sonríen, una negra y la otra mulata.

Barallobre: It’s not exactly like that, how do you say… assurance?
Bernardette: Oh no! That’s… No, it’s horrible!
Moreo: Euskara nekiela esan didala… ikusten duzu nola begiratzen ari da?
Vaklas: Bai, bai… well, journalist, yes, but I work for the townhall, sports department… That in your pocket, it’s a book?
Bernardette (à son amie): Quoi donc, on va?
Astrida : Bom, isto é muito divertido, não cries?
Bernardette: Well, vraiment…
Vaklas (por medio de signos muy expresivos): ESTA NOCHE MUY CANSADOS, AYER MOITO VINHO VERDE, AHORA DORMIR, RESERVAR PARA MAÑANA. Tomorrow diferent, ¡lo damos todo!

(Sale corriendo calle abajo, cada dos metros se detiene, se apoya en la pared, vomita y sigue corriendo).
Barallobre: If we don’t see you, have a good trip!

Telón.

3er acto: Pensión Estrela de ouro, vestíbulo.

Fernanda: ¿Então queres outra habitação?
Vaklas: Sí, sí, que me ha tocado en el sorteo. ¡Ja! puse la mano más gorda.

(Sigue una conversación de temas banales).

Vaklas: Y tu pueblo ¿es pequeño?
Fernanda (envuelto su robusto cuerpo en una exigua toalla y mojando el parqué): Não, são maiores já, tenho três netos…

Telón.

FIN.

Epílogo: Autopista Guarda-Salamanca, ford fiesta azul. Vaklas va en el asiento trasero, adormilado, de sus manos resbalan unas fotocopias, en la primera se puede leer, entre fechas y ces rodeadas de círculos algo así como Vios kai politeia tou Alexi Zorba. Según la vista se dirige hacia la parte delantera se ve que el coche está siendo remolcado por una grúa, la conduce un joven musculado en cuya cara puede adivinarse cierta sonrisa de satisfacción, en el radiocasete suena Héroes del Silencio a todo volumen.

sábado, 18 de abril de 2009

El baile Richter


Como soy un narrador omnisciente puedo contar que en los últimos días Barallobre y Moreo sufren una pesadilla similar (escribo pesadilla porque al despertar ambos saben que aquello, la posibilidad que no fue y les llena de nostalgia, nunca volverá a repetirse). En el caso de Barallobre, la secuencia es la siguiente: él entra junto a Bernardette en un bar de caboverdeanos; allí suena una canción que ambos bailan como si fuera la última noche en la escala de Richter. La pesadilla de Moreo sólo difiere de ésta en el protagonista masculino, ya que ahora el bailarín es el propio Moreo. El mismo bar, los mismos personajes secundarios y la misma canción de Cesaria Evora: Carnaval de Sao Vicente.


jueves, 16 de abril de 2009

Since then, he never travels by his own



Sostiene Slavak que conoció a Luisinho en las calles de Alfama, aunque eso no lo sabría hasta años más tarde. Era verano, vacaciones familiares, ningún amigo. El chico que empezó a jugar con él se fue corriendo con la peonza. Durante un tiempo al pequeño Kieros le consoló el hecho de haber conservado, gracias a un tímido pero tesonero apretón de la mano, el cordón necesario para hacerla girar.

Slavak sostiene que lo vio de nuevo cuando volvió, ya con novia y con un recuerdo idealizado de la Lisboa que realmente vivió. Trabajaba Luisinho de conductor del tranvía a Belem, y no recuerda, sostiene, si llevaba coleta o algún tipo de pendiente. Por el trato que daba a los pasajeros, Slavak pensó que era un hombre amargado por su trabajo, probablemente el mejor al que podría aspirar. Cuando le miró con desprecio al recibir un pago incorrecto por los dos billetes, Slavak reconoció, en un escalofrío de temor infantil, a aquel niño de la calle que le descubrió su vulnerabilidad y desprotección frente al mundo exterior. Sostiene Slavak que el conductor del tranvía no dio señales de reconocerle, y enseguida se rió de su ataque de pánico retrospectivo.

Pasaron más años y otro par de viajes a Lisboa antes de verle de nuevo, esta vez de visita con dos amigos lisboetas exiliados, sostiene Slavak. Sostiene Slavak que no fue hasta dos días después que reconoció a Luisinho en el camarero, y probable propietario, de Casa Transmontana.
La noche de su llegada entraron allí a cenar, un local con el aspecto suficientemente descuidado, incluso con cierta pátina de negligencia, la justa para sentirse un poco más viajero que turista a pesar de la vajilla de gran tamaño y los manteles rojos.

El caso, sostiene Slavak, es que, después de esperar mesa tomando unos vinos verdes, y nada más sentarse, decidieron abandonar el local cuando el camarero la tomó con una clienta venezolana que había decidido no pagarle el queso que, según él, él mismo ordeñaba de sus propias cabras. La decisión se vio acelerada cuando el camarero osó citar a la monarquía española ("por qué no se calla", sostiene Slavak) en una discusión que empezaba a tomar tintes barriobajeros.

Sostiene Slavak que antes de marcharse pagaron en la barra tres euros por los vinos a una camarera con cara de circunstancias.

El vinho verde es el souvenir de la tristeza, sostiene Slavak.

Dos noches más tarde Slavak cenó con sus dos compañeros de viaje en un bar de Alfama, conocido lugar de reunión de grupúsculos terroristas vasco-portugueses, sostiene. De vuelta al Bairro Alto debió removerse algo en su subconsciente, sostiene, porque convenció a sus -a estas alturas- tristes amigos para que pasaran por Casa Transmontana a saludar de parte de la realeza al desconsiderado camarero.
Todo sucedió muy rápido, sostiene Slavak; no recuerda si fue cuando la camarera les cobró cuatro cincuenta por los mismos vinos de la otra vez, o si fue la mirada del camarero de vuelta fugaz del comedor, o la melodía del fado reciente de Alfama, pero se le heló la sangre y, no sabe muy bien cómo, en el barullo que formaba una familia vasca en la puerta, se vio fuera, en la seguridad de la calle, sujetando la copa de vino verde como si fuera aquel cordón del honor y temblando como aquel pequeño Kieros asustado.

Sostiene Slavak que aún tiró el contenido de la copa al suelo, como temiendo contaminarse de la amenaza primigenia de Luisinho. Hasta sus dos amigos parecían contagiados de su inexplicable temor, y apuraron de un trago los vinos para poder sumergirse cuanto antes en la negritud belga e insular de la noche prefabricada para los turistas. Sostiene.

miércoles, 15 de abril de 2009

Lágrimas de Portugal



I. Lonely Planet (edic. apócrifa, 2006)
Estar en Lisboa y no llorar es ir a París y no ver la torre Eiffel. El vinho verde es el souvenir de la tristeza.

II. Pessoa (1934)
“O mar salgado, quanto do teu sal
São lágrimas de Portugal!”

III. La Gran Renuncia (700 antes de Cristo)

Un fragmento de la biografía de Buda:

“A la edad de 29 años, comprendió que “el sufrimiento es el destino de toda la humanidad”. Esto se debe a que vio un anciano, un enfermo y un cadáver que lo ayudaron a reflexionar. Pronto abandonó a su familia y toda riqueza. Renunció al poder para iniciar su búsqueda. La búsqueda de la verdad. A esta decisión el budismo llama la Gran Renuncia.”

IV. Alfama (1991)
Barallobre y Moreo nacieron en Alfama y a la edad de 17 años sintieron la llamada de la Gran Renuncia. Embriagados por la negritud de Bernardette y Astrida, dos jóvenes muchachas con ganas de encontrar pareja de baile, una noche se despidieron de ellas sin dar explicaciones.

V. La Baixa (1991-2009)

Nunca han vuelto a hablar de ellas.

VI. Chiado (1991-2009)

Nunca han dejado de pensar en ellas.

VII. Bairro Alto (2009)

Barallobre y Moreo alcanzan con dificultad el Bairro Alto. El alcohol es enemigo de las cuestas. En una taberna en la que a esas horas tres músicos recuerdan a Antonio Carlos Jobim, nuestros protagonistas vuelven a encontrarse. Bernardette vive en Bruselas; Astrida en Azores.
La conversación, una trombosis que afecta al lado masculino, termina con una propuesta de Bernardette: visitar juntos Cascais por la mañana. Moreo fija su mirada en los músicos y no responde. Barallobre sonríe y se despide deseándoles una feliz estancia en Lisboa.