miércoles, 10 de septiembre de 2008

El escondrijo de Tavares



Los que ya han leído a este escritor nacido en Angola saben que no exagero: Gonçalo M. Tavares es uno de los grandes escritores de nuestro tiempo. José Saramago dijo de él que “no tiene derecho a escribir tan bien a los 35 años, dan ganas de darle un puñetazo”. Enrique Vila-Matas, siempre atento a los nuevos nombres, profetiza que “Tavares triunfará, eso es algo que se ve venir.”

¿Cómo se pueden escribir de manera tan sencilla esas breves narraciones que juegan con la poesía y la filosofía? La respuesta la tiene Tavares.

En una entrevista publicada en Babelia el año pasado, el escritor radicado en Lisboa desvelaba algún aspecto interesante de su proceso creativo:

“Escribo intensamente desde los 20 años. No quise publicar pronto. Intencionadamente, no quise publicar antes de los 30. Primero, me parecía fundamental el aislamiento. Ir viviendo y, al mismo tiempo, leer y escribir. Durante 10, 12 años, me levanté muy temprano. Me levantaba a las cinco y media y a las siete estaba en mi escondrijo; leía y escribía. Kierkegaard decía que sólo es posible llevar una buena vida si tenemos un buen escondrijo, y que tener un buen escondrijo es tener una buena vida. Siempre he intentado encontrar un buen puesto de vigía del mundo. Desde muy pronto sentía, no sé muy bien por qué, que después de publicar, de hacer algo público, las cosas cambian; por eso decidí retrasarlo lo más posible.”

Para superar esta vuelta al cole tan dramática os regalo unas brevísimas narraciones publicadas en El señor Brecht (Ed. Mondadori, 2007):


Avería

Debido a un incomprensible cortocircuito eléctrico, el que se electrocutó fue el funcionario que bajó la palanca y no el criminal que se encontraba sentado en la silla.

Como no hubo manera de solucionar la avería, en las ejecuciones siguientes el funcionario del gobierno se sentaba en la silla eléctrica y era el criminal quien se encargaba de bajar la palanca mortal.

La importancia de los filósofos

El filosófo decía que solo los hombres hacían cosas importantes, mientras que los animales solo disponían de acciones insignificantes.

Fue entonces cuando llegó el tigre y devoró al filósofo, confirmando con sus colmillos la teoría anteriormente expuesta.

Libertad de elección

Era una librería que vendía un solo libro. Había cien mil ejemplares numerados del mismo libro. Como en cualquier otra librería, los compradores se demoraban, dudando sobre qué número coger.

Medidas aritméticas

El gobierno corregía los desequilibrios sociales mediante un reequilibrio numérico: ponía dos centinelas alrededor de cada pobre.

Estética

Una mujer gorda que quería perder peso se fue al médico y dijo:
-Córteme una pierna.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombree, feliz vuelta al cole!!!

Vaklas Eroski dijo...

Klement,
el redactor jefe quiere darte una oportunidad. ¿No tendrás por ahí una crítica de algún concierto veraniego de esos que te has visto? CocoRosie, por ejemplo. Es una pena, pero todos sabemos que tras esa coraza técnica se esconde otro hombre de letras...
Es lo de siempre: se empieza opinando sobre cualquier cosa sin mucho criterio; después lees algún libro; luego llegan los comentarios en un blog y, por último, escribes a escondidas poemitas y relatos.
Conozco bien el proceso: la vergüenza inicial de la familia, el repudio de los amigos, el sentimiento de culpa de todos y cada uno de nosotros...
¡No temas! En la Granja Escuela Vaklas Eroski queremos ayudarte: PUBLICA ESE TEXTO QUE TODOS ESPERAMOS AMIGO KLEMENT!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

veo que quieres subir el nivel del blog, jeje.. elbuhosefija@hotmail.com