
En su libro La contracultura a través de los tiempos (Anagrama, 2005), Ken Goffman dedica un apartado al movimiento punk:
“Cuando los setenta iban desembocando en los ochenta, un núcleo de grupos punk duros, activos, de orientación anarquista desarrollaron unas instituciones alternativas coherentes, eficaces y duraderas que la izquierda hippy sólo había podido soñar (…) Colectivos punk de políticos y okupas ayudaron a la juventud de inclinaciones contraculturales a sobrevivir en la era Reagan-Thatcher y suministraron tropas para diversas protestas antisistema de esa época. Y pronto pudieron encontrarse, prácticamente en todas partes, comunas anarcopunk (…)
Esta resistente contracultura punk global sigue viva hoy.
La mayor ironía del punk puede ser que esta erupción que fue la más impaciente de todas haya evolucionado con tanta capacidad de permancer.”
Hablar de punk es hablar de los Sex Pistols, y esta ironía a la que se refiere Goffman podemos encontrarla en la estrategia comercial que idearon en 1996, año en el que la mítica banda quiso aprovechar el éxito comercial de grupos como Green Day y The Offspring y organizó una gira que bautizó como Filthy Lucre Live (Gira del lucro indecente).

Intrahistoria del movimiento punk
Hace algún tiempo presencié en un supermercado un capítulo especialmente revelador sobre el ocaso de este movimiento: dos punkis de mediana edad habían pasado por caja y metían cuatro litronas, varios sobres de embutido y un pan Bimbo en bolsas de plástico. Entonces, uno de ellos, visiblemente molesto, le gritó al otro:
-¡Ten cuidado con la cerveza, tío, que vas a aplastar el Bimbo!
“Cuando los setenta iban desembocando en los ochenta, un núcleo de grupos punk duros, activos, de orientación anarquista desarrollaron unas instituciones alternativas coherentes, eficaces y duraderas que la izquierda hippy sólo había podido soñar (…) Colectivos punk de políticos y okupas ayudaron a la juventud de inclinaciones contraculturales a sobrevivir en la era Reagan-Thatcher y suministraron tropas para diversas protestas antisistema de esa época. Y pronto pudieron encontrarse, prácticamente en todas partes, comunas anarcopunk (…)
Esta resistente contracultura punk global sigue viva hoy.
La mayor ironía del punk puede ser que esta erupción que fue la más impaciente de todas haya evolucionado con tanta capacidad de permancer.”
Hablar de punk es hablar de los Sex Pistols, y esta ironía a la que se refiere Goffman podemos encontrarla en la estrategia comercial que idearon en 1996, año en el que la mítica banda quiso aprovechar el éxito comercial de grupos como Green Day y The Offspring y organizó una gira que bautizó como Filthy Lucre Live (Gira del lucro indecente).

Intrahistoria del movimiento punk
Hace algún tiempo presencié en un supermercado un capítulo especialmente revelador sobre el ocaso de este movimiento: dos punkis de mediana edad habían pasado por caja y metían cuatro litronas, varios sobres de embutido y un pan Bimbo en bolsas de plástico. Entonces, uno de ellos, visiblemente molesto, le gritó al otro:
-¡Ten cuidado con la cerveza, tío, que vas a aplastar el Bimbo!
God Save the Bimbo!