sábado, 16 de mayo de 2009

Páginas dobladas (3)


"Las opciones proliferan a nuestro alrededor. Vivimos en un mundo casi infantil donde todo deseo, cualquier posibilidad, trátese de estilos de vida, viajes, identidades sexuales, puede ser satisfecho enseguida". (pág. 10)

"Vivimos en un mundo gobernado por ficciones de toda índole: la producción en masa; la publicidad; la política conducida como una rama de la publicidad; la traducción instantánea de la ciencia y la tecnología en imaginería popular; la confusión y confrontación de identidades en el dominio de los bienes de consumo; la anulación, anticipada en la pantalla de TV, de toda reacción personal a alguna experiencia. Vivimos dentro de una enorme novela. Cada vez es menos necesario que el escritor invente un contenido ficticio. La ficción ya está ahí. La tarea del escritor es inventar la realidad". (pág.10)

"Frente a estas transformaciones, ¿cuál es la tarea del escritor? ¿Puede seguir utilizando las técnicas y perspectivas de la novela del siglo XIX, la narrativa lineal, la mesurada cronología, los personajes representativos fastuosamente instalados en un tiempo y un espacio amplios? Entiendo que el papel, la autoridad y la libertad misma del escritor han cambiado radicalmente. Estoy convencido de que en cierto sentido el escritor ya no sabe nada. No hay en él una actitud moral. Al lector sólo puede ofrecerle el contenido de su propia mente, una serie de opciones y alternativas imaginarias. Todo lo que puede hacer el escritor hoy es esbozar varias hipótesis y confrontarlas con los hechos". (pág.11)


J.G. Ballard, Crash, Minotauro, Barcelona, 2008.

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