sábado, 10 de mayo de 2008

La mujer de las bragas sucias

La necesidad hizo que tocara el timbre de mi casa. Al abrir me encontré con una mujer de unos dieciocho años, de piernas neumáticas y ojos chispeantes; una pompa singularmente tentadora. Enseguida comprendí que me encontraba en apuros y que me incomodaba sobremanera recibir favores de desconocidas. Me preguntó si me encontraba bien y tragué saliva. Me contó que hacía pocos días que había llegado a Bilbao; dejaba atrás su ciudad, La Habana, un paraíso en el que descansaban algunas amigas que, junto a ella, habían conocido el lado maraca de la vida, como diría Machín. Algo cortado, le hablé de que llevaba varios días trabajando de camarero en la Sidrería de Algorta, y de que tenía que esperar hasta final de mes para poder pagarme una función. Mientras tanto, recurría a revistas o a internet y me apañaba a la carrera en los servicios de algunos bares locales. Su mayor problema ahora, me confesó, era mantener limpias las braguitas que debía vestir en horas de trabajo. Alzó la falda de plástico y, con rubor, me preguntó si se las podía lavar. Por supuesto, le contesté que sí, y durante varias semanas le ayudé de aquella manera tan inusual: ella me dejaba la bolsa con la ropa sucia junto a la cama los lunes –el día que el restaurante permanecía cerrado– y el miércoles al mediodía yo hacía lo propio con las braguitas limpias (como estamos ante un ejercicio de ficción os diré que las metía en la lavadora sin pasármelas por la cara).

Un lunes no dejó la ropa y ya nunca la he vuelto a ver.

El sábado tuve con unos colegas una discusión acerca de Fernando Alonso. Me acordé de la mujer de las bragas sucias. Me ponía entonces y me pone ahora la ingenuidad con la que trataba de dar esquinazo a las mamadas.


Her o in, Velvet Under gut (14/7/74)

3 comentarios:

Vaklas Eroski dijo...

Barallobre, eres un cabrón, un guarro. Esto es ciberterrorismo de serie B. ¿Qué pensarán de Vaklas Eroski las buenas gentes que entran al blog en busca de un poco de sosiego?. Cómo se nota que estás en primavera desde los 13 años. Por cierto, ¿lo has escrito sin manos?

Anónimo dijo...

Eres un gorrino y no te mereces ser miembro de la iglesia!

Anónimo dijo...

Vaklas, eso te pasa por abrir fronteras. Como en casa en ningún lado. Aprende de la UE.
De todas formas el pobre hombre de las camisas también tenía derecho a una mujer ¿no?
(por cierto, puedo escribir sólo con una mano, aunque cuesta coordinar)

Sr. obispo, tiene razón, ya le contaré en confesión...