martes, 27 de mayo de 2008

La vida instrucciones de uso III



Las vecinas del 3º derecha

(instrucciones de uso: ver número 3 en la fotografía y hacer click en el reproductor antes de leer; mantener el texto fuera del alcance de los que sufren astenia primaveral)



El odio camina por el mismo sendero que el tiempo. Hace más de tres décadas, dos hermanas solteras que vivían en el 3º derecha tuvieron una discusión y dejaron de hablarse. Cuando una de ellas se adueñó del salón y una habitación gracias a un juego de candados, la otra hizo lo propio con las dos habitaciones restantes. Quedó una franja de seguridad compuesta por la cocina y el baño, que ambas usaban respetando rutinas distintas.

La que se había quedado con dos habitaciones utilizaba el trastero como despensa, y jamás guardó nada en la cocina por miedo a que la otra lo robara. Todas las mañanas, subía al trastero y cogía lo necesario para hacerse el desayuno, la comida y la cena.

Hará unos diez años que la familia decidió llevar a la mayor de las dos a una residencia. Su delicado estado de salud no impidió que dejase puestos los candados en la sala de estar y en una habitación.

La que se quedó continuó haciendo la misma vida que hasta entonces. Así, y cada vez con mayor dificultad, todas las mañanas sacaba una banqueta al descansillo; allí instalaba su campamento base en el que cogía fuerzas para llegar al trastero y volver con una botella de leche o un paquete de arroz.

Hace unos meses una ambulancia se la llevó a otra residencia. Tuvieron que forzar la puerta del camarote y sacar la comida podrida. El odio no necesita conservantes.

jueves, 22 de mayo de 2008

La vida instrucciones de uso II


La vecina nudista
(instrucciones de uso: ver número 2 en la fotografía y hacer click en el reproductor antes de leer)



Como sabéis, en todos los barrios hay una vecina nudista que es joven y atractiva. Encontramos en la de mi barrio, sin embargo, cierta actitud militante que la hace singular; una singularidad que radica en la firmeza con la que defiende el acto de desnudarse. Y yo, aunque estuviese en contra del desnudo, no podría oponerme a una reivindicación de la libertad como la que ella escenifica cada noche.

A la hora del prime time (huelga decir que en mi barrio éste no coincide con House o Los hombres de Paco), los vecinos del portal número 2 nos levantamos del sofá y aguardamos a que se llene de luz la habitación de nuestra vecina la nudista. Entonces ella se desprende de la bata roja, enciende un cigarro y se acerca a la ventana que da a nuestro salón.

Alguna vez nos ha tentado la idea de apagar la luz y observarla desde la cocina (el administrador lo sometió a votación argumentando que la vista era más discreta), pero muchos temen que ella lo sienta como una deslealtad y decida cambiar a la habitación que mira al portal 4.

Isadora, que para estas cosas no se anda por las ramas, me ha dicho que “ella nunca ha visto a ninguna nudista”, y que “si la vemos será porque miramos”. Puede que tenga razón, pero mis principios y los de mis vecinos de portal no nos permiten abandonarla a su suerte.

lunes, 19 de mayo de 2008

La vida instrucciones de uso I

Inspirado en la maravillosa novela puzzle de Georges Perec La vida instrucciones de uso, me he propuesto registrar tres pequeños fragmentos de vida vecinal. Aquí va la primera entrega:

La Familia Perfecta (ver número 1 en la fotografía)



Es difícil no odiar a La Familia Perfecta. Todo el barrio espera algún traspié, una discusión matrimonial, una sonora borrachera de sus hijos adolescentes, pero ese momento no ha llegado. Es más, muchos hemos perdido la esperanza de que llegue.

Ajena a la maledicencia, todas las mañanas de los fines de semana La Familia Perfecta sale de casa acarreando bolsas, raquetas y palas de pádel. Detrás de los visillos, los vecinos se llevan las manos a la cabeza al contemplar la compleja maniobra de cargar el coche sin que se quiebre la armonía familiar. En pocos minutos, La Familia Perfecta está disfrutando de una saludable jornada en un selecto club deportivo. Muchos pensábamos que La Gran Crisis podría llegar en uno de esos partidos padres contra hijos. Nada más lejos de la realidad; fuentes cercanas al club los describen como “bellísimas personas”, “un matrimonio ideal” y “unos hijos educadísimos”.

Este pasado fin de semana, La Familia Perfecta ha retomado su irritante costumbre veraniega de regresar a casa saboreando refrescantes helados que comparten entre risas.

Ni los más optimistas confían ya en una rebelión a bordo tras esas cuatro paredes.

sábado, 17 de mayo de 2008

¿Esto es un POST? ¿(hau POST bat ba al da?)?

Comentaban unos amigos (les llamaré así) que los viejos de Zumaia dicen “eurixa” (o “eurixe”, no recuerdo). Ahora se dice “euria”, creo. Menos algunos jóvenes, que dicen “eurisha”, o “euriye”. –Todo esto es así más o menos, que yo soy un vulgar erdaldun-. Creen estos jóvenes que así recuperan la antigua variedad de los localismos.

Aquí: http://porquelodigoyo.com/2008/04/30/postindependencia/ enlazan con el original en euskera de Volgako batelariak (http://eibar.org/blogak/volga) en el que proponen la “postindependencia” ya que “En este mundo post donde vivimos, es obvio que lo trascendental, lo pertinente, lo que predomina, no son las esencias; sino, más bien, las apariencias.”

Bueno, no sé si ya se ha conseguido el plato o el escritor post-nacional que buscaban, pero parece claro que ya tenemos entre nosotros el idioma necesario: el post-Batua.

Gora euskaltzaindia!

Gora!

Beno, ontxarte (como dice otro amigo de ¿Elgoibar-Deba?).

jueves, 15 de mayo de 2008

Diversión a muerte

El otro día me tuve que asegurar de que la noticia que leía no estaba publicada un 28 de diciembre. Os cuento:

El amigo americano quiere construir en Bagdad un gigantesco centro de ocio que incluye pistas de skate, equitación, un centro comercial, restaurantes, un auditorio y muchas cosas más. Al parecer, el lugar elegido es el zoo de la capital iraquí, junto a la Zona Verde, todavía fortificada y aislada del resto de la ciudad. Detrás de esta brillante iniciativa se encuentra la empresa C3, promotora de los parques de atracciones de Disney. Su vicepresidente, John March, avala el proyecto y recuerda que “en California también hay tiroteos y todas esas cosas. El peligro está en todas partes; lo importante es que será tremendo para Bagdad”. Por su parte, el presidente de la compañía y crack de las relaciones públicas, Llewellyn Werner, visitó la ciudad a finales de abril para explicar sus planes a las autoridades locales y posibles inversores: “Soy un hombre de negocios. No estoy aquí porque piense que sois buena gente. Creo que se puede hacer dinero …”. Werner El Increíble añadió que “uno de los deportes que más está creciendo es el de los monopatines”. De manera que para julio se espera que estén listas las rampas. Antes se enviarán a Irak 200.000 monopatines que serán repartidos de manera gratuita entre los más pequeños. También repartirán cascos y protecciones para las rodillas.
(Teniendo en cuenta las mutilaciones típicas de toda contienda –recordad lo de los daños colaterales–, la inversión inicial es modesta porque con 200.000 rodilleras es probable que se pueda equipar, rodilla más, rodilla menos, a unos 300.000 críos.)

Largas colas para subir al Dragón Khan


Al gobierno democráticamente elegido por los iraquíes la idea le encanta. “Hay una falta de ocio en la ciudad. Se necesita un parque de atracciones. Los niños no tienen la oportunidad de disfrutar de su infancia”, opinó un tierno e ilusionado Ali Dabbagh, portavoz del Ejecutivo.

Jugando al escondite inglés


Como anécdota cabe recordar que en las últimas semanas los enfrentamientos entre las tropas de EE.UU y la milicia chií del clérigo Muqtada Al Sáder se han saldado con la modesta cifra de 1.000 muertos y 2.500 heridos, en su gran mayoría civiles. Y es que en Irak se toman demasiado en serio el paintball*.

*Si usted es jugador de paintball promociones Rayuelomatic le invita a participar en el sorteo de un viaje de ida a Bagdad y un completo equipamiento que incluye bolitas de todos los colores, casco de seguridad y una magnífica réplica de la AK-47 fabricada en Eibar. ¡Participa enviando el mensaje “diversión_a_muerte”!

lunes, 12 de mayo de 2008

Infancia y educación

Un soleado sábado de mayo nos fuimos a la playa con dos sobrinos (uno de ellos es algo Schopenhauer; el otro terminará con la filosofía si se lo propone). Caminábamos por la orilla tirando piedras, arrastrando troncos y dibujando en la arena. De pronto, cambió el viento y Schopenhauer Jr. se metió el pulgar de la mano derecha en la boca. Algo que sólo sucede delante de una película de dinosaurios –Piecitos– o cuando apuntala su sistema filosófico. Tras unos largos minutos de ensimismamiento frente al mar, preguntó: ¿El agua es chica o es chico? Asustado, miré a Isadora y optamos por la risa nerviosa para ganar tiempo. Después le expliqué que al regresar a casa podríamos resolver la cuestión.
Por supuesto, al llegar a casa Schopenhauer Jr. esperaba con ansiedad la respuesta. Así que cogí una antología poética de Alberti y declamé con todo el dramatismo que pude: “El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! …”. El niño me miró apenado y me dijo: “Esto no sacia mi curiosidad, Vaklas”.
Entonces recordé el discurso de Beatriz Preciado, una filósofa, activista queer y autora del Manifiesto Contra-sexual (Opera Prima, 2000). Encendí el ordenador y le puse esta breve entrevista:



Visiblemente satisfecho, el pequeño Schopenhauer aplaudió como si se tratara del final de Piecitos y me pidió que le dejara solo para reflexionar.

domingo, 11 de mayo de 2008

Ni olvidamos ni perdonamos, Barallobre

Comunicado oficial de Rayuelomatic:

Los abajo firmantes queremos pedir disculpas por el penoso relato que se ha publicado en Rayuelomatic bajo el repugnante título de La mujer de las bragas sucias. Si hay algo que ha caracterizado este blog es el rigor y la corrección política de cada uno de sus textos. Los trabajadores de Rayuelomatic con su director al frente trabajarán con más ahínco si cabe para que la moral distraída de algunos exaltados no campee por el ciberespacio. El ciberterrorista tiene que saber que más pronto que tarde será detenido y pagará con la cárcel tamaño desafío.

Por si la intrusión y el mal gusto no fueran suficientes, pondremos a Jacinto Barallobre en manos de la SGAE pues ha incurrido en un grave delito de plagio. Así, estamos en disposición de informarles de que La mujer de las bragas sucias guarda sospechosas similitudes con el que esta redacción tituló El hombre de las camisas limpias.

Veamos algunos ejemplos:

1-Donde nosotros escribimos “de brazos macilentos y ojos tristes; una mirada singularmente beatífica”, J.B escribe “de piernas neumáticas y ojos chispeantes; una pompa singularmente tentadora”

2-En lugar de nuestro “dejaba atrás su ciudad, Sevilla, un cementerio…”, J.B se decanta por “dejaba atrás su ciudad, La Habana, un paraíso en el que descansaban algunas amigas que, junto a ella, habían conocido el lado maraca de la vida, como diría Machín”.

3-Son varias las ocasiones en las que cambia nuestra inocua “camisa” por sus calenturientas “braguitas”.

En estos momentos difíciles, los trabajadores de Rayuelomatic reiteramos nuestro compromiso con el millón largo de lectores que, día tras día, eligen esta ventana para acercarse al mundo. Finalmente, queremos agradecer las innumerables muestras de apoyo recibidas en las últimas horas (de manera especial la de A. Urdaci).

Vaklas Eroski Caprabo y 73 firmas más



El humor viene de la mano del Juarma (gracias Albemut). Un humor con mucha mala leche en: http://www.vivarumania.blogspot.com

sábado, 10 de mayo de 2008

La mujer de las bragas sucias

La necesidad hizo que tocara el timbre de mi casa. Al abrir me encontré con una mujer de unos dieciocho años, de piernas neumáticas y ojos chispeantes; una pompa singularmente tentadora. Enseguida comprendí que me encontraba en apuros y que me incomodaba sobremanera recibir favores de desconocidas. Me preguntó si me encontraba bien y tragué saliva. Me contó que hacía pocos días que había llegado a Bilbao; dejaba atrás su ciudad, La Habana, un paraíso en el que descansaban algunas amigas que, junto a ella, habían conocido el lado maraca de la vida, como diría Machín. Algo cortado, le hablé de que llevaba varios días trabajando de camarero en la Sidrería de Algorta, y de que tenía que esperar hasta final de mes para poder pagarme una función. Mientras tanto, recurría a revistas o a internet y me apañaba a la carrera en los servicios de algunos bares locales. Su mayor problema ahora, me confesó, era mantener limpias las braguitas que debía vestir en horas de trabajo. Alzó la falda de plástico y, con rubor, me preguntó si se las podía lavar. Por supuesto, le contesté que sí, y durante varias semanas le ayudé de aquella manera tan inusual: ella me dejaba la bolsa con la ropa sucia junto a la cama los lunes –el día que el restaurante permanecía cerrado– y el miércoles al mediodía yo hacía lo propio con las braguitas limpias (como estamos ante un ejercicio de ficción os diré que las metía en la lavadora sin pasármelas por la cara).

Un lunes no dejó la ropa y ya nunca la he vuelto a ver.

El sábado tuve con unos colegas una discusión acerca de Fernando Alonso. Me acordé de la mujer de las bragas sucias. Me ponía entonces y me pone ahora la ingenuidad con la que trataba de dar esquinazo a las mamadas.


Her o in, Velvet Under gut (14/7/74)

jueves, 8 de mayo de 2008

Elige tu propia aventura


En más de una ocasión me ha sucedido lo siguiente: alguien que no vive en Euskadi viene a visitar a algún amigo y, de soslayo o a quemarropa, introduce en la conversación el tema vasco*. Nunca me ha importado hablar de ello y exponer con claridad lo que pienso al respecto, así que la conversación avanza hasta que los papeles se intercambian y yo soy el foráneo y el invitado el autóctono. Entonces me enseña cómo hay que preservar el euskera, me habla de su origen, del número de hablantes, cuestiones de política lingüística, pacificación, diálogo sí, diálogo no, gastronomía, visitas recomendadas, etcétera. Después de tomar buena nota y agradecérselo, decido ser más prosaico y hablo del Athletic (como todo el mundo sabe soy un gran hincha), entonces me explica que la política de cantera es inviable, amén de anacrónica, y que el equipo tocó techo en la década de los ochenta. Agotado, regreso a casa y en la cama doy más vueltas que Bisbal. Para el día siguiente el foráneo-autóctono ha propuesto una excursión a Santimamiñe y al Bosque de Oma(“os va a encantar”) que siempre me pierdo por culpa de un esguince de tobillo mal curado.**

*Si no quieres verte envuelto en una historia similar no se me ocurre mejor opción que detenerte en la línea cuatro y acogerte a la siguiente fórmula: “Es un problema que tiene muchas aristas”. Zanjado.
**Si no has sido capaz de regatear al foráneo-autóctono estás muerto. Vuelve a la primera entrada de este blog.

domingo, 4 de mayo de 2008

El hombre de las camisas limpias

La casualidad hizo que tocara el timbre de mi casa. Al abrir me encontré con un hombre de unos cuarenta años, de brazos macilentos y ojos tristes; una tristeza singularmente beatífica. Enseguida comprendí que se encontraba en apuros y que le incomodaba sobremanera pedir un favor a desconocidos. Le pregunté si se encontraba bien y tragó saliva. Me contó que hacía pocos días que había llegado a Bilbao; dejaba atrás su ciudad, Sevilla, un cementerio en el que descansaban algunos amigos que, junto a él, habían conocido el lado salvaje de la vida, como diría Lou Reed. Esperanzado, me habló de que llevaba varios días trabajando de camarero en la Sidrería de Algorta, y de que tenía que esperar hasta final de mes para poder pagarse una pensión. Mientras tanto, dormía en parques o en la playa y se aseaba a la carrera en los servicios de algunos bares locales. Su mayor problema ahora, me confesó, era mantener limpias las camisas que debía vestir en horas de trabajo. Alzó la bolsa de plástico y, con rubor, me preguntó si se las podía lavar. Por supuesto, le contesté que sí, y durante varias semanas le ayudé de aquella manera tan inusual: él me dejaba la bolsa con la ropa sucia junto a la puerta los lunes –el día que el restaurante permanecía cerrado– y el miércoles al mediodía yo hacía lo propio con las camisas limpias (como no estamos ante un ejercicio de ficción os diré que las metía en la bolsa sin pasarlas por la plancha).

Un lunes no dejó la ropa y ya nunca lo he vuelto a ver.

El sábado mantuve con unos amigos una conversación acerca del destino que corren algunas personas para las que la vida es una sábana de plomo. Me acordé del hombre de las camisas limpias. Me conmovió entonces y me conmueve ahora la dignidad con la que trataba de dar esquinazo a sus fantasmas.

Heroin, Velvet Underground (14/7/74)